En qué hay que gastarse el dinero para que
el ordenador vaya rápido
Nunca dejo de preguntarme porqué los ordenadores van tan lentos. Desde el primer PC de 1982 la velocidad de los procesadores se ha multiplicado miles de veces, la memoria se mide en Gb y no en Kb (un millón de veces más), y la velocidad de acceso a los discos duros… bueno, es que ni existían prácticamente. Pero los ordenadores siguen haciéndonos esperar. ¿Por qué?
A todos nos desesperan los ordenadores lentos. Treinta segundos leyendo un libro, viendo una película, en un viaje en avión… no son nada. Pero treinta segundos esperando que arranque Windows, o se abra el Word, o se cargue un correo… cuando estás sentado delante del ordenador y toda tu atención está puesta en la pantalla… esos 30 segundos resultan muy pesados. Y si tienes que sufrir estos pequeños retrasos continuamente ya se convierten en una pérdida de tiempo, no solo en una molestia.
Como decía un usuario sevillano probando una versión «beta» de una de nuestras aplicaciones mientras miraba al icono de Windows (un reloj de arena que se vaciaba y daba la vuelta, una y otra vez), «este reloj de arena tiene mucha arena».
En este caso era un problema de diseño, que corregimos, pero en la mayoría de los casos es un problema del ordenador. Está anticuado, el disco duro lleno, demasiados programas en memoria… tiene un virus (ó 20 virus). Hay muchas formas de convertir mi flamante ordenador del año pasado en un cacharro lento y pesado. Con frecuencia el problema es el exceso de programas que se instalan, intencionadamente o no. Pero hoy no quería hablar de este problema, sino de una pregunta habitual: Mi ordenador está lentísimo. Estoy desesperado y decidido a comprar un nuevo ordenador. ¿Cual me compro?
Si tu presupuesto es ilimitado, no hay problema. O eso crees. Porque el ordenador que compraste el año pasado parecía el mejor posible, y también se ha «vuelto» lento. ¿Te pasará lo mismo con el nuevo? Probablemente sí, si te limitas a comprar el primero que se te ocurre. Conviene detenerse y pensarlo un poco.
Y la clave es buscar el «cuello de botella«, el «eslabón más débil de la cadena». Porque la velocidad en los ordenadores, como el tráfico en las ciudades, está condicionada, casi siempre, por un único componente que «frena» al resto. Y es a ese «cuello de botella» al que debes dirigir tus esfuerzos. De nada te servirá mejorar algo que ya era suficiente. Hay que ser selectivo y no malgastar el dinero en ampliar lo que no necesita ser ampliado.
En realidad, para cada necesidad, para cada tipo de usuario, o de programa, el cuello de botella es diferente. Y la solución también lo será. No es lo mismo optimizar el funcionamiento de un portátil que se usa para escribir un blog (como yo estoy haciendo ahora y en el que la conexión a Internet es lo único que me puede presentar algún problema de rendimiento), que mejorar la respuesta de un servidor que atiende a cientos de usuarios que consultan un archivo fotográfico.
Hoy me voy a centrar en el puesto de trabajo «típico» de un usuario medio: un programador, un abogado, un contable… trabajando con aplicaciones de escritorio.
Y la respuesta es muy, muy sencilla: el cuello de botella es el disco duro. SIEMPRE.
Me sorprende hablar de este problema con compañeros, colegas, frikis… en seguida te hablan del último procesador «dual core», «a tropecientos Megaherzios», «con un caché de nosecuantos GBs»… ¡Es sorprendente la falta de coherencia!, incluso de gente que se dedica a ésto. ¡Pero si el procesador está aburrido!, va sobrado, no se entera de nada, la mayor parte del tiempo. ¡Ponle más RAM! dicen casi todos. Pon 4Gb, que están baratos. ¡Qué tontería! ¿Para qué quieres 4Gb para escribir un documento de 20Kb? O para consultar un PDF de 40Kb. Me sorprende que teóricos expertos en informática hablen de los Gb sin ser conscientes de la barbaridad que están diciendo. Claro que Microsoft tiene la culpa de ésto, con su apetito insaciable de más y más memoria.
A ver si lo dejo bien claro: ¡la clave es el disco duro! Es el eslabón débil. Es la pieza que frena a todas las demás. Es el cuello de botella. SIEMPRE.
Y es muy evidente. La velocidad del resto de los componentes de los ordenadores se ha multiplicado por mil, diez mil, un millón… al mismo tiempo que la ley de Moore duplicaba la capacidad de los procesadores cada 18 meses (más o menos).
Mientras tanto, los discos duros son, básicamente, iguales que hace 20 años. Su evolución, comparada con los otros componentes, ha sido muy lenta. Y mientras, el tamaño de los programas y ficheros ha crecido de forma paralela. Cualquier programa que utilizamos ocupa decenas, si no centenares, de Mb. Y hay que «cargarlo» (leerlo) del disco duro, que no deja de ser parecido a un vinilo de los años 60, aunque gire más rápido.
Así que, resumiendo, hay que «gastarse el dinero» en el disco duro. Es la clave.
Desde ya varios años suelo utilizar discos duros a 10.000 rpm (revoluciones por minuto). Los discos duros «corrientes» suelen ir a 7.200 rpm. En los portátiles es aún peor: a 5.400 rpm (por eso, principalmente, son tan lentos). En los servidores sí encontramos discos a 10.000 e incluso 15.000 rpm. Solían ser muy caros pero ya por poco más de 100€ te puedes comparar un disco a 10.000 rpm de 300Gb. Yo lo tengo en mi PC y va, aproximadamente, el doble de rápido que cuando tenía el de 7.200. ¡El doble! Eso es mucho. Por ejemplo, cargar el Word le cuesta aproximadamente un segundo. Arrancar Windows 7 unos 15 segundos.
Pero esto es aún mejorable: ya están aquí los discos SSD (solid stata disk), discos de estado sólido. Como un «pen drive», una «llave USB», pero con el formato de un disco duro estándar. Por poco más de 100€ puedes comprar un disco de 64Gb. Montarlo es muy sencillo, incluso trae una utilidad para clonar el disco original de tu PC o portátil (al menos el que he comprado). Y la velocidad ha vuelto a mejorar respecto a los discos a 10.000 rpm.
Nuestra configuración para un ordenador de sobremesa es, desde ahora, usar el disco SSD de 64Gb como disco principal (C) para el sistema operativo, los programas de uso cotidiano y los datos con los que trabajamos. El disco que trae el ordenador lo instalamos como segunda unidad (D, por ejemplo) y lo utilizamos para hacer una copia de seguridad, para las fotos, videos, archivos históricos…
La mejora en el tiempo de arranque de Windows y los programas es enorme. Esperas de varios minutos han quedado reducidas a 20 ó 30 segundos. Es espectacular. Y, encima, no hace NADA de ruido.
Ahora imagínatelo en tu portátil: menos ruido, menos consumo (más duración de la batería) y 2 ó 3 veces más rápido. No hay duda.
(Nota: ya escribí hace unos meses como «Evitar los cuellos de botella de un sistema», o comentaba que no hay que comprar servidores enormes – «No vayas al supermercado en un Ferrari» -, pero hablaba de arquitectura de la instalación completa, ahora me he centrado en el puesto de trabajo).
Totalmente de acuerdo, sea windows, linux o mac, el disco duro es el verdadero problema de casi todo… 😀
Bueno, vale, también el horrible manejo de memoria de windows,… vaaaale, el peor manejo aún de memoria de una máquina virtual de java,… vaaaale, los virus que los que usan windows se les meten por todos lados… 🙂
Conocí a una persona (hace algunos años) que para instalar su «aplicativo» solo preguntaba ¿cual es el ordenador más viejo que tienes por ahí?… y ahí lo instalaba, evidentemente era una aplicación en Basic y bajo SCO Unix… sin ventanitas ni nada, ¡¡y los clientes están super contentos con este programa!!
^_^
Yo también echo de menos mis instalaciones en dBase sobre MS DOS. Recuerdo que le decía a un usuario, en pleno trabajo: «solo necesito 27 segundos para actualizarte». Y contaba hasta 27 mientras metía el disquette, hacía un PKUNZIP, y arrancaba de nuevo la aplicación.
Pero esos tiempos no volverán y debemos «tragar» con las aplicaciones de decenas de Megas.
Y los discos SSD han resultado un gran aliado para esto.
Yo me había aficionado a los discos a 10.000rpm pero está claro que el futuro, y presente, es de los discos de estado sólido.
Gracias por tu comentario.
Si, son maravillosos… pero caros aún.
Hay opciones más baratas y casi igual de eficaces que son montar dos discos convencionales en RAID 0. El sistema sólo verá un único disco de capacidad suma de ambos (tienen que ser de la misma capacidad).
La ventaja es que los procesos de lectura/escritura se pueden paralelizar y van como un 50%-60% más rápidos que usando un disco duro.
La desventaja es que si se rompe uno de los discos, pierdes todos los datos al estar repartidos entre ambos. Pero vamos, para eso están las copias de seguridad.
Cuando los SSD bajen algo más de precio serán una buena opción. Ahora mismo son demasiado caros. Y no evitan que el ordenador se siga ralentizando por la instalación indiscriminada de software.
En cualquier caso, Fernando, tienes razón: el cuello de botella de los ordenadores actuales está en el disco duro. Aunque si lo usas para jugar, por ejemplo, o para diseño 3D, es más importante tener una buena tarjeta gráfica que un buen disco duro.
El truco está en ver para qué usas el ordenador principalmente y ver qué puede hacer que mejore tu rendimiento.
Los SSD son caros si los quieres utilizar para guardar fotos, películas o copias de seguridad. Pero para el sistema operativo, los programas de uso «cotidiano» (sobre esto hay muchos matices) y tus datos, 64 Gb por unos 120€ me parece muy razonable. Si con eso consigues duplicar o triplicar la velocidad de arranque, acceso y grabación. Creo que ya ha llegado su momento.
El RAID 0 me parece muy interesante, pero complicado para usuarios «normales» (recuerda el nombre del blog). Nosotros hacemos algo similar al montar servidores Oracle: balanceamos la carga usano varios discos duros. Pero eso lo comentaré en otro post.
Gracias por tu comentario y tus aportaciones.
[…] unos meses escribí una entrada sobre cómo aumentar drásticamente la velocidad de tu ordenador, de sobremesa o portátil, […]
[…] he hablado antes del “puesto de trabajo ideal“, pero desde el punto de vista del ordenador y su velocidad. Ahora se completa el consejo con […]
Completamente de acuerdo contigo, Fernando, en casos de uso cotidiano. Pero recordemos que para un gamer su cuello de botella es la tarjeta gráfica y la velocidad de proceso (aunque para renderizar las imagenes, hoy dia es la targeta gráfica quien lo hace y el procesador solo le envia datos a la memoria gráfica).
Otro aspecto a tener en cuenta es que queremos usar el ordenador para todo, como el que se compra un coche que vaya rápido, sea todo terreno, consuma poco, etc. y todo ello a la vez.
Normalmente uso el ordenador para muchas aplicaciones; desde gestión de base de datos hasta aplicaciones de diseño gráfico. Lo tenia todo en el ordenador y cada vez iba mas lento. Numerosas aplicaciones arrancaban en 2 plano y consumian recursos. Hasta que decidí hacer una imagen del disco duro con diferentes configuraciones preestablecidas, con solo los aplicativos necesarios en cada momento, y, eso si, sin dejar actualizarse a windows (aún corro con Win XP y SP2), que cada vez consume mas recursos. Para este modo de trabajo no se requieren discos de alta capacidad, pudiendo estar comprendidos entre 64 y 128 Gb, con lo que se alinea con tu filosofía, Fernando.
Ya os indicaré como va.
Tener varios arranques adaptados a cada necesidad me parece muy buena idea. La multitarea está bien, cuando la necesitas.
Fíjate que normalmente hablo de puesto «ideal» para gestión documental. En estos casos sí que el disco duro suele ser siempre el cuello de botella. Obviamente para esto la tarjeta gráfica es irrelevante, todo lo contrario que para jugar a cualquier juego «moderno».
Esta semana vamos a montar un servidor con un disco a 15.000 rpm en SAS. Ya os contaré.
Gracias por el comentario.