(Este post es una colaboración de Alejandro Gómez, de Iron Mountain)
El volumen de ventas y la cartera de clientes pueden decirle mucho sobre el patrimonio de una empresa, pero nada le dará más información sobre una organización que la reputación que ésta tiene. Los errores que una empresa tiene en la comunicación o construcción de su reputación pocas veces serán perdonados. Una vez que una organización ha arrastrado su nombre por el lodo puede ser casi imposible recuperar el equilibrio conseguido hasta el momento.
Este dato no pasa desapercibido para el ejecutivo moderno, y la mayoría de las empresas tratan de invertir una considerable cantidad de recursos para generar una imagen pública casi perfecta. Las acciones hablan más que las palabras, y una de las mejores maneras de demostrar su buen hacer es mediante el cumplimiento de sus expectativas tanto legales como personales.
Mantener a los clientes
Por buenas razones, muchos de los debates de hoy día sobre la gestión de documentos personales que tienden a centrarse en la protección de los activos de los clientes. (más…)