Cómo elegir el más adecuado
Desde hace 20 años tengo una relación de amor-odio con los ordenadores portátiles. Los he usado, y disfrutado, en innumerables viajes, visitas comerciales, momentos de ocio fuera de casa… Los he odiado, como hace solo un par de días, cuando he tenido que trabajar varias horas seguidas en su minúscula pantalla (comparada con las que tengo en mi oficina o mi casa), su absurdo teclado, su posición antiergonómica…
En los últimos años se venden muchos más portátiles que ordenadores personales. No acabo de entenderlo. Entiendo que tengas un portátil «para cuando viajas«, pero no entiendo a los que lo usan en el trabajo o en su casa, en una mesa de trabajo «grande y fija» en la que puedes tener un ordenador de sobremesa y un monitor de 22 ó 24 pulgadas sin problema. Y un teclado «de verdad».
¿Que les pasa a la gente con los portátiles? ¿Por qué han sustituido sus ordenadores «de toda la vida» por un portátil?
Como no quiero que parezca que mi opinión es subjetiva, como puede, solo puede, que sea yo el que esté equivocado, voy a hacer la habitual (al menos para mí y este blog) lista de «a favor» y «en contra» a ver quién gana, a ver qué opción es más adecuada para mí, o para tí.
Empecemos con lo más evidente, la movilidad.
Obviamente, si necesitas desplazarte, sea cerca o lejos, el portátil es la ÚNICA opción. Podemos discutir si el iPad (o similar) puede sustituirlo, que lo hace en algunas ocasiones, pero lo que está claro es que no puedes llevarte tu ordenador de sobremesa a un viaje de negocios, o de placer.
Ahora ya centrados en el uso, lo más importante (para mí): el teclado.
Odio, literalmente, los teclados de los ordenadores portátiles. Suelen ser más pequeños, el recorrido de las teclas es mucho menor (lo que provoca innumerables errores porque no estás seguro de si has presionado la tecla) y, lo que es peor, muchas teclas accesoras como «Supr», «Mayus.», «AvPág»… no están en donde tu cerebro tiene grabado (inconscientemente) que deberían estar. Seas un mecanógrafo más o menos experto o escribas con dos dedos, andar buscando estas teclas es una pequeña pesadilla. ¡Y cada portátil las tiene en un sitio distinto! Creo que me hace perder por lo menos un 20% del tiempo al escribir.
Y podemos decir lo mismo del ratón. Aunque la mayoría lleva un ratón externo, con lo cual empieza a ser menos «portátil».
Otro aspecto importante: la pantalla.
Aunque tengas un portátil de 17 pulgadas (que va a pesar un quintal y no le dura nada la batería), siempre es mucho, pero mucho menor que una pantalla de 22 pulgadas (lo mínimo que deberías tener). Yo tengo dos de 24″ (como he comentado en algún post anterior) y me molesta enormemente trabajar en pantallas de 13, 15 ó 17 pulgadas. Hay que tener en cuenta que hay algunas zonas que son fijas (menús, barras de botones, recuadros…) con lo que la superficie efectiva de la pantalla se reduce y un monitor de 22″ puede ser equivalente a dos de 15″. ¡Con lo que eso significa en la productividad! Estás continuamente apartando ventanas para ver qué hay debajo, desplazando el cursor arriba y abajo, y a los lados… perdiendo tiempo inútilmente porque no te cabe el documento en la pantalla. Un horror.
Otro aspecto imporante: la velocidad.
Los discos duros de la mayoría de los portátiles son lentos, muy lentos. Y el disco duro es, de largo, el componente más importante para determinar el rendimiento de un ordenador utilizado en tareas ofimáticas «administrativas» (Word, Excel, Power Point, correo…). Hay portátiles que tardan ¡varios minutos! en arrancar el Windows y casi otro tanto en apagarlo. !Cuánto tiempo perdido, desperdiciado, tirado a la basura! Acaba la reunión, todo el mundo se levanta y entonces te quedas de pie, 2 ó 3 minutos, esperando que se apague el maldito aparato. Esto se puede arreglar montando un disco SSD, como he explicado en este blog anteriormente. Yo lo he hecho con mis dos últimos portátiles y cierran Windows en 6 segundos. Pero aún no me he encontrado con ninguna otra persona que lo haya hecho.
Otro aspecto importante: la seguridad.
Conozco bastante gente que tiene todos sus datos en el portátil, y poco más. Alguna copia de seguridad, de vez en cuando, y nunca de una forma sistemática. «Me siento muy seguro llevando todos mis documentos debajo del brazo». ¡Inconsciente! Estás jugando con fuego. Un abogado me decía que de esta forma no se lo roban de su despacho (ya lo hicieron). ¡Pero lo lleva en moto cada día desde su casa! ¿Y si te resbalas en un charcho y se te cae? ¿Y si te lo roban en un semáforo? ¿Y si mañana no arranca? (esto último pasa de vez en cuando). Es un disparate. Hay mil formas de resolver este problema: discos duros externos, pen-drives de 32GB (te caben todos los documentos que vas a crear en toda tu vida), DropBox (o mil otros similares)… Es mucho mejor tener un ordenador en la oficina y otro en casa y que uno sea siempre una copia del otro. Con un poco de disciplina es facilísimo hacerlo, y no lleva apenas tiempo. Pensar que tener TODO en el portátil es más seguro es un disparate, si no tienes una copia, o mejor dos copias.
Y me dejo para el final otro aspecto importante: la ergonomía.
¡Qué incómodo es trabajar en un portátil! No están pensados para eso. La pantalla está unida al teclado porque es la única forma de fabricarlos para que se puedan llevar cómodamente, pero es una aberración desde el punto de vista de la comodidad de uso. A veces pienso que son los traumatólogos los que fomentan el uso del portátil en las oficinas: ¡cuántos pacientes les llegarán con dolor en el cuello!
No he sumado pero creo que la goleada es espectacular. Claro que alguno estará pensando que él tiene en su oficina un monitor, un teclado y un ratón y los conecta al portátil cuando llega. Casi me parece peor. ¿Por qué transportar un aparato cada día de un lado para otro? Ten un ordenador en casa y otro en la oficina y sincronízalos (ya he dicho cómo), pero no cargues con el cacharo, sus cables y su transformador cada día. ¿Qué te aporta?
Yo, como creo que todos, intento trabajar lo menos posible. O dicho de otra forma (porque ha quedado muy mal) intento sacar el máximo partido al tiempo que dedico a trabajar. Si un teclado más cómodo me permite escribir más rápido, lo compro. O un ratón, uno de los dispositivos menos valorado y que más retrasos de rendimiento provoca. La inversión es mínima y la amortización es muy, muy rápida. Hay que rodearse de las mejores herramientas posibles para ser lo más productivo posible. No hablamos de unos minutos… estamos hablando de mucho más tiempo. Y muchas frustraciones. Al menos eso me ha pasado a mí retocando una presentación durante tres horas en un portátil. Y eso que era de 17 pulgadas. Creo que perdía al menos un 35% respecto a mi trabajo habitual en mi ordenador, con mi monitor de 24 y mi teclado «de verdad».
La conclusión es clara:
1.- El portátil para cuando viajas.
2.- El monitor lo más grande posible (y mejor aún dos, que son muy baratos).
3.- Si aún no escribes con los diez dedos, empieza ahora mismo un curso de mecanografía. En un par de meses te irás a casa media hora antes cada día.
Pues yo tengo mesa grande y portátil de 17 pulgadas porque así muevo la oficina a mi casa los sábados y domingos y puedo echar un rato por las mañanas antes de que la casa empiece a funcionar.
Le he sacado la batería porque siempre lo tengo enchufado y en los dos sitios de trabajo tengo conexión LAN, nada de Wi-Fi.
El teclado es extendido y es casi igual que uno de IBM-PC de 102 teclas, sin combinaciones extrañas, ratón externo y el disco es un SSD de 120 gigas.
Se ve que cada vez trabajas menos CON la informática aunque pases muchas horas delante del ordenador.
Sin batería, 17 pulgadas, disco SSD (que te vendí yo, si no recuerdo mal)… no eres el usuario típico de portátil. ¿Donde lo enchufarías en el avión o el AVE). Y debe pesar un quintal. El mío de 17″ casi me lesiona la columna (no es broma). Yo lo dejaría en casa (ocupa poco cuando no lo usas) y pondría un ordenador «de verdad» en la oficina. Seguro que ahorrabas media hora cada día (por lo menos 😉
Si lo tuviera que sacar alguna vez de la oficina o de la casa le pondría la batería, que para eso está impecable.
Creo que existimos muchos usuarios que tenemos «portátiles fijos» que has dejado fuera de ttu post; casi habría que llamar a nuestros ordenadores «móviles» (si no estuviera pillada la palabra por los teléfonos) para entender la diferencia entre un notebook (que parece para ti el portátil ideal) y este aparato desde el que estoy escribiendo (con su teclado numérico, AvPág, ImprPan, etc).
Comprendo que en portátiles pequeños, donde para seleccionar un párrafo hay que pulsar Ctrl+Mays+Fn+Left se pueda tardar un poco ás en escribir, pero en estos teclados tan grandes y tan suaves de estos portátiles yo creo que, en realidad, se ahorra tiempo escribiendo.
Estoy seguro de que, como dices, hay muchos usuarios con estos portátiles «arrastrables» a mitad de camino entre los notebooks de 13-15 pulgadas y los de sobremesa.
Yo tengo uno de 17 pulgadas que uso en mis desplazamientos porque las demos de gestión documental quedan mucho mejor que con uno de 13 pulgadas. Pero creo, y no es broma, que en este último viaje me ha reproducido mi lesión de columna. Simplemente, pesa demasiado.
En cuanto a usarlo como ordenador fijo, pues sigo pensando que el teclado y el monitor siguen estando muy lejos de los de un «fijo».
Al final, como siempre, es una solución de compromiso entre funcionalidades y comodidad (en este caso al transportarlo).
En tu caso supongo que la balanza se decanta por el portátil porque no trabajas con aplicaciones que demanden una pantalla grande. Para retoques de imágenes, grandes hojas Excel, Autocad… creo que hay que rendirse a las ventajas de un monitor de 24 pulgadas (o dos monitores 🙂 )
Yo uso un dock station lo cual facilita el uso como si fuera de sobremesa en la oficina.
En cuanto a la sincronización, tengo 58 GB de programas y 110GB de datos y a priori no se lo que voy a necesitar, o me llevaría mucho tiempo estar controlándolo o sincronizando (el la oficina usamos SVN pero me cuesta la rutina de utilizarlo diariamente, solo lo hago a raja tabla con el código). Tendría que tener instalados todos los programas y actualizados en los dos sitios. En cuanto a los datos la sincronización de todo sería muy costosa por espacio (por ejemplo Dropbox, 100 GB US$ 19,99/mes) o incluso inviable por ancho de banda en mi casa (1MB ADSL). Es cierto que menos de 20 € al mes no es mucho peor en mi caso la sincronización de los programas sería lo más problématico y después de todo no me cuesta llevar y traer el portátil a la oficina. Quizás si solo usara un navegador y Word me lo plantearía porque por ese precio obtengo algo mucho más valioso de paso y es: una copia de seguridad de mis datos, accesible desde cualquier otro ordenador conectado a Internet.
Se me ocurrió una tercera opción y es usar un servidor de Amazon y tener el portátil o PC de sobremesa como terminales tontos lo cual evitaría la necesidad de tener que sincronizar, pero entonces el precio se dispararía a por lo menos 100 € mensuales por mantener ese servidor sin contar conque entonces necesito sí o sí conexión a Internet para poder trabajar (aunque eso ya me pasa). Solo sería una opción viable si este precio es inferior al correspondiente de una cuenta de Dropbox o simplemente que el tamaño de los ficheros que quisiera sincronizar fuera tal que con un ADSL fuera imposible sincronizar.
Por último, una buena opción sería un programa como Dropbox pero privado que permitiera sincronizar archivos entre varios dispositivos tuyos sin necesidad de pagar un sobrecoste. El problema de esta opción es que si quieres que fuera igual de cómodo de Dropbox tendrían que estar encendidos todos los ordenadores que quisieras sincronizar y no tendría las ventajas de Dropbox de poder compartir fácilmente con terceros. De todas formas no conozco ningún programa así que no pase por la «nube». Si alguien conoce alguno que lo comente pero no vale opciones de unidades remotas porque tiene que poder pasar que el dispositivo que no uses esté apagado.
En realidad mi situación es similar a la tuya. Aunque mi ordenador principal es el de la oficina (lo que llamo el «master» frente a los demás que son «copias») me supone un cierto esfuerzo mantener todo al día.
Mi solución es tener muy claro qué datos «cambian», qué carpetas.
Los programas, por supuesto, al margen.
Los datos «históricos» en ArchivaTech (mi programa de gestión documental), con su sistema de copias de seguridad.
Y el archivo «vivo», el que cambia continuamente, me ocupa solamente unos 14GB. Entre Dropbox y un pen-drive lo mantengo actualizado entre el ordenador de la oficina, el de casa, las copias de seguridad y el portátil que uso cuando viajo.
Sí, requiere un poco de tiempo y de disciplina, pero hace años que no pierdo nada. Y encuentro los documentos cuando los busco.
Lo que está claro es que en el ordenador «de trabajo» hay que tener un buen monitor y un buen teclado y ratón. En eso creo que estamos todos de acuerdo.
Gracias por el comentario.
El monitor cuanto más grande, mejor. Burro grande ande o no ande. ¿No dependerá de la distancia a la que lo uses? Un monitor demasiado grande o incluso dos monitores simplemente nos causarán una mayor fatiga ocular y problemas cervicales.
Confundes monitor con televisión. La distancia la marca el tamaño de la letra, que es tanto cómo decir el tamaño de los puntos. Y aumentar el tamaño del monitor permite ver más cantidad de información, a la misma distancia. Además, no se trata de crecer hasta el infinito. Estamos hablando de un máximo de 24 ó 27 pulgadas. Estos monitores no cansan la vista por ser más grandes. No hay ninguna relación. En cuanto a los problemas cervicales, es cuestión de la altura relativa. Yo uso una peana, a medida, como puedes ver en una foto de mi entrada «el puesto de trabajo ideal». Lo que está claro es que la posición en un portátil es antiergonómica. Es el motivo por lo que se venden soportes para portátiles, porque son incómodos «de fábrica».
Pero gracias por el comentario, aunque no esté de acuerdo en absoluto.
Sí, los portátiles dan «asco» en cuanto a ergonomía. De acuerdo. Ahora, yo con un monitor (M-O-N-I-T-O-R :-P) de 27″ tengo que mover la cabeza para ver los laterales si no quiero que me ja me revienten los ojos.
He estado un par de veces a punto de comprar un monitor de 27 pulgadas y al final me decidí por dos de 24 precisamente por eso. Salvo para diseñadores, AutoCad, retoque fotográfico y tareas así me parece que es demasiado grande para el campo visual a la distancia adecuada para leer bien el texto. Para «ofimática» 24 me parece el tamaño más apropiado.
Bueno, yo tengo mi netbook de 10 pulgadas y estoy re feliz con ella!! la llevo a todas partes conmigo, me quedo hasta las 3 o 4 de la madrugada escribiendo sentada en el sillón,con ella en la falda, y no me pasa nada, ni cervicales ni nada, ya no me siento en la «máquina grande», que tiene un monitor de 22 pulgadas, JAMÁS!!!, ahi hago todos mis trabajos, leo el correo, navego en la web, exactamente lo mismo que hacía en la otra máquina, solo que ahora lo hago muchísimo más cómoda, amo a mi netbook!!!
Tuve un netbook de 10 pulgadas durante unos meses. Era muy cómodo para viajar, incluso para echar un vistazo a alguna página en Internet. Pero me parecía prácticamente inservible para trabajar con Excel, por ejemplo. O realmente incómodo para revisar documentos de varias páginas en Word. Todo producto tiene sus pros y contras. No niego las ventajas que comentas de tu netbook, pero creo que no me podrás negar los inconvenientes que te he comentado. Me alegro de que te resulte cómodo y útil, pero no cambio mi monitor de 24 pulgadas por un netbook de 10 ni un minuto.
Gracias por el comentario.
Cómprate un MacBook Pro, disfrutarás de su pantalla y de su comodísmo teclado, su velocidad y su fiabilidad, además te lo puedes llevar al sofá 😉
No sé tú, pero yo soy incapaz de escribir más de un par de frases en un sofá 🙂
Y para leer (en el sofá o en la cama), prefiero el iPad.
El portatil es importante cuando por ejemplo estas haciendo constantemente presentaciones y tienes que conectarte a un televisor via HDMI, o que quieres enseñar un documental almacenado pues es mucho mas ágil trasladar el portatil. Para el trabajo puro y duro pues es mas recomendable el sobremesa ya que esto es física pura, se calienta menos que el portatil, no está todo embutido en una delgada carcasa sino que tiene espacio de sobra para enfriarse.
Yo estoy de acuerdo con lo que expones en el articulo, después de demasiado tiempo con portátiles,adquirí un equipo de sobremesa con un monitor de 23´8 pulgadas, y la diferencia de comodidad es abismal, antes me daba pereza sentarme frente al portátil para hacer cualquier trabajo, y ahora se ha convertido en un placer.