Probablemente conozcas la serie de TV Big Bang (o «The Big Bang Theory»), una de las comedias más populares que se pueden ver en la televisión en medio mundo.
Desde hace 9 años nos reímos con el comportamiento obsesivo de Sheldon, un científico muy brillante que todo lo que tiene de inteligente (en el sentido clásico de la palabra) lo tiene de torpe en cuanto a sus habilidades sociales.
En el otro extremo, Penny, la camarera / actriz / vendedora, es bastante cortita en temas intelectuales pero es una experta en el trato con los demás (sobre todo con los hombres).
Algunas manías de Sheldon son realmente extravagantes: ordena las cajas de cereales por el contenido de azúcar, siempre come las mismas comidas según el día de la semana, sale con su novia según un calendario pactado y perfectamente regulado…
Es tan maniático que en un episodio le ordena el piso a Penny, lo que es toda una hazaña, y además se lo pasa bien.
Como amigo o compañero de piso Sheldon es odioso. Pero ¿y como empleado de una empresa?
Si analizamos su forma de comportarse como si fuera el responsable del archivo de una gestoría, un despacho de abogados o un Ayuntamiento ya no nos parece tan ridículo. Al contrario, es el empleado ideal. Ordenado, sistemático, perfeccionista… pendiente siempre de los procedimientos… ¡Quién no querría tener a alguien así a cargo de sus papeles!
Por el contrario, si la casa de Penny fuera el archivo de una empresa, nadie encontraría nunca nada. Todos querríamos salir con Penny a tomar una cerveza, pero no le daríamos nuestros documentos para que los guardase.
Obviamente los dos personajes son una caricatura de unas personas difíciles de encontrar en la vida real (Sheldon al menos, porque Pennys hay bastantes, y de ambos sexos), pero indudablemente existen estas dos «personalidades».
Cuando le comento a profesionales muy cualificados en su especialidad pero que tienen miles de papeles desperdigados por todo su despacho ( y todo es «todo», incluido el suelo) que yo prácticamente no tengo ningún papel sobre mi mesa me miran como si fuera Sheldon. Y reconozco que con el paso de los años y el uso diario de AchivaTech (mi software de gestión documental) me parezco bastante, pero solo en el trabajo, que es el matiz importante.
Cuando salgas a tomar una cerveza lo mejor es que seas como Penny, pero cuando estés gestionando los documentos del día a día en la oficina, adopta las costumbres de Sheldon. Solo así podrás liberarte de los papeles y ganarás tiempo cada día en vez de perderlo en buscar un documento que sabes que está por aquí, en alguna parte.
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