La firma digital es una de las «tecnologías» que iba a revolucionar el mundo pero que no acaba de triunfar, no se acepta masivamente o, al menos, no ha conseguido desbancar a la «obsoleta» firma manuscrita. Es cierto que ya hay bastantes operaciones telemáticas en las que se usa con cierta frecuencia, pero no es menos cierto que en los más de 15 años que han transcurrido desde las primeras normas que pretendían generalizar su uso y a pesar del decidido empeño de algunas Administraciones Públicas e innumerables empresas privadas, no acaba de triunfar.
De hecho, es odiada con frecuencia. Yo mismo la maldije, hace solo unos días. Y creo que con sobrados motivos.
¿Por qué será tan difícil incorporar ciertas tecnologías en las tareas cotidianas?
¿Por qué algunos «informáticos» siguen sin conseguir que el uso de ciertas funciones de sus programas funcionen tan mal?
¿Por qué tengo que recurrir a un técnico experto para firmar un simple papel y enviarlo al Ministerio?
Algo no acaba de funcionar en la «revolución informática».
No puede ser que una persona con conocimientos informáticos bastantes avanzados (yo) pierda una hora para firmar un documento con un certificado digital, que no encuentre la solución en el manual de la página Web del Ministerio en cuestión, que la ayuda que encuentro buscando en Google no sea suficiente y que, finalmente, tenga que recurrir a los técnicos de mi empresa (de software) para que recuerden un «truco» totalmente inesperado y escondido en un recoveco de un menú para poder firmar un simple documento electrónico.
Es como si el coche con el que viajas por la autopista se parase con cierta frecuencia y tuviese que venir un mecánico a apretar un tornillo del motor para poder continuar el viaje.
Cierto es que la informática es mucho más joven que la automoción, pero parece que hay ciertas cosas que deberían estar resueltas.
Así que hago un llamamiento a los responsables técnicos del Ministerio de Cultura y a tantos otros a ver si son capaces de construir páginas Web que las puedan usar personas corrientes, abogados, profesores de universidad, administrativos… sin necesidad de recurrir a expertos para realizar tareas sencillas.
Y ahora, como este blog pretende ser práctico y útil, os voy a contar cómo pude, finalmente y con ayuda, firmar el maldito documento en la estúpida página Web.
Requisitos para firmar con un certificado digital en la páginas Web del Ministerio de Cultura (y seguramente en muchas otras)
Las instrucciones de la página te dicen que (obviamente) hay que tener instalado un certificado digital. Además debes tener habilitados una serie de permisos sobre el uso de JavaScript que te detallan más o menos bien en su manual de ayuda.
Pero, además, es muy probable que tu navegador tenga que tener un requisito adicional, del que nada dicen.
Se activa en el menú «Herramientas«, en la opción «Configuración de Vista de compatibilidad«.
Debes agregar el sitio Web, la dirección de la página del Ministerio (o la que corresponda).
Es así de sencillo, y así de rebuscado.
No lo he encontrado en ningún sitio, así que puedes enlazar con esta entrada si quieres ayudar a otros usuarios a resolver problemas con la firma digital en páginas del Ministerio.
Y si eres programador y estás leyendo esto, recuerda que ahora, en 2014, el reto no es hacer programas que funcionen. El reto es que sean fáciles de usar, intuitivos y autoexplicativos.
Nota: no es una entrada muy relacionada con la gestión documental pero creo que la firma electrónica es un añadido muy importante a la gestión de documentos así que un poco de cultura sobre el tema creo que nos viene bien a todos.
Yo también he sufrido parecidos inconvenientes. Utilizar la firma digital suele ser un suplicio debido a los applets que cada sitio web o administración electrónica utiliza. Java suele dar muchos problemas.
No hace mucho, me fué imposible obtener una partida de nacimiento ONLINE. El SAT del Ministerio de Justicia acabó por reconocerme que el sistema «no siempre iba bien», y que «mejor que me acercara al juzgado».
Te invito a intentar obtener tu certificación de nacimiento…… será, más bien, un POEMA.
Queda mucho por hacer en cuanto a la coordinación de las infinitas Administraciones Públicas, cada una de ellas inventando la rueda por su cuenta y jactándose en muchos casos de ser diferentes de los demás.
En el caso que comento, estuve a punto de ir en persona con los papeles. Si no es por la ayuda de última hora del técnico de mi empresa no habría sido capaz de resolverlo. ¡A pesar de que era un detalle insignificante lo que nos separaba del éxito!
Un saludo y gracias por la aportación.
Aunque este post es de 2014… te cuento que desde Ecuador estaba haciendo lo mismo que tu cuentas en el relato y no encontraba el problema. Seguí tus instrucciones ahora en el 2020 y al fin puedo firmar. Muchas gracias.